Casa solariega de finales del siglo XVI y comienzos del XVII, perteneciente al linaje Cárdenas-Valdivia. Está situada en la calle Maestra, en las proximidades del altozano Virgen María.
La casa formaba parte del mayorazgo creado en 1571 por don Gome de Cárdenas Serrano y su esposa doña María Baltodano. Serán doña Elvira Cárdenas Baltodano, depositaria del mayorazgo, y su esposo don Luís Valdivia Figueroa, Caballero de Santiago, los que inicien la construcción de la citada casa. Aunque poco debieron de disfrutarla como consecuencia de las obligaciones militares de don Luis de Valdivia: Capitán de la Infantería de la ciudad de Almuñécar y Villas de Motril, Salobreña y Castril de Ferro y Gobernador de las Compañías a Caballo de los dichos Partidos.
Será su hijo D. Gome de Valdivia Cárdenas, Caballero de la Orden de Calatrava, Caballero Veinticuatro de Jaén y regidor de Andújar desde 1632, y su esposa doña Mayor Nicuesa Cobaleda los que levanten la actual casa solariega y los que se debe el sobrenombre de “Palacio de los Niños de don Gome” pues entre 1622 y 1632 tuvieron diez hijos que debieron alegrar la plaza anexa a su casa solariega.
La fachada, retranqueada con respecto a la calle Maestra, está precedida por una espaciosa plaza, que fue pública hasta 1848, año que se anexionó a la casa y se cerró con un muro almenado con puerta y vanos de medio punto.
Dos elementos de uso bien distinto conforman la casa de los Niños de don Gome: la casa solariega de los moradores y la caballeriza. En la fachada de la casa, construida en un plano más adelantado que el de la caballeriza, destaca su portada-torre, construida a diferencia de los demás elementos del conjunto en piedra arenisca, se encuadra desde el punto de vista formal en el manierismo y su autoría se debe a Bernabé de Lorca.
La portada torre se organiza en dos cuerpos de desigual tamaño. El primero se dispone en torno a su puerta adintelada, enmarcada por columnas sobre plinto de fuste estriado de orden corintio y una saliente cornisa. El dintel con almohadillado radial nos muestra una cartela, que actúa como clave, en la que se dice: DOMINUS EDIFICAT ET CUSTODIAT». El segundo cuerpo gira entorno al balcón, encuadrado entre pilastras estriadas, con capiteles en forma de ménsulas que soportan un trozo de entablamento. El frontón, curvo y partido, acoge el escudo de los Cárdenas y sobre él un grifo o águila. A ambos lados del balcón, sendos guerreros de bulto redondo, con cascos de plumas (mito de los indígenas de finalidad protectora).
En el flanco derecho, el linaje de los Valdivia sobre cueros recortados, cruz acolada de Calatrava y un águila sobre mascarón. En el flanco izquierdo, el linaje de Figueroa. La disposición de la heráldica hace referencia a la titular del mayorazgo al que pertenece esta casa solariega: doña Elvira de Cárdenas Baltodano, de ahí que el escudo de su esposo don Luis de Valdivia Figueroa se sitúe en el flanco izquierdo.
Cinco ménsulas sostienen una cornisa, que individualiza el ático, que se corresponden con leonas sedentes que portan escudo. De derecha a izquierda los linajes de Guzmán, Valdivia, Cárdenas, Nicuesa y Figueroa.
Portada interpretada como torre emblema, adquiere con la distancia una potenciación visual plena, exigiendo al espectador toda su atención. El desahogo que obtiene la fachada con esta visión dirigida, nunca se hubiera logrado en la línea de calle, por la estrechez de la misma y por la limitación del espacio con el que se cuenta.
Detrás de la portada torre, escorado a la derecha con respecto a su eje, un patio porticado en tres de sus frentes, en torno al cual se distribuye el espacio. Patio de gran sencillez y de reducidas proporciones, con arcos de medio punto que cabalgan sobre columnas de orden toscano y escudos de los linajes moradores en las enjutas.
Anexo a la fachada torre, en su lado este, se encuentra el patio de las caballerizas. Se accedía mediante un arco de medio punto, pues se encontraba privatizado mediante un muro almenado, que fue destruido en 1995, cuando se inició la remodelación del edificio, tras su compra por el Ayuntamiento (acuerdo del pleno de 8 de febrero de 1989). Actualmente el edificio tiene un uso cultural, en él se encuentra el museo arqueológico Profesor Sotomayor, la Casa del Alfarero y sede de la Cátedra Blas Infante.
LA LEYENDA
Esta casa que ha sido objeto de más de una especulación histórica, pues en torno a ella surgiría cierta leyenda urbana que aún permanece viva. La puerta de la portada de la torre ha permanecido cegada hasta finales del siglo XX, considerándose que la causa de ello fue el castigo que recibió don Gome de Valdivia y Cárdenas por haber simpatizado con la causa del archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión. Actitud que le obligaría entrar a su casa a partir de entonces por la puerta del servicio, es decir, por la puerta que daba acceso al patio de las caballerizas. Nada hay de cierto en ello, aunque como relato novelesco sea atractivo. La realidad es que don Gome fue regidor perpetuo de la ciudad y en 1701 ocupó interinamente el cargo de corregidor hasta tanto tomara posesión su titular. Desarrolló su vida normal en Andújar durante los difíciles años de la guerra. Bien es verdad que su relación con algunos miembros de la nobleza local no fueron en ocasiones muy cordiales, ejemplo de ello sería la acusación que el marqués del Cerro le haría en septiembre de 1711 ante el cabildo: «que una llave del archivo no debe estar en mano de don Gome por no ser persona legítima para ello». Acusación que nada tiene que ver con deslealtades de guerra.